Jan 25, 2012

A Lalo:
Amigo, te me vas y te me quedas,
tomaste un atajo inesperado.
Te alejas a otro paso, adelantado.
Alzando vuelo sobre las veredas.
No creas que tu violín ya se ha callado.
el arco sigue tenso con sus sedas.
No creo que donde estés, tú ya no puedas sonar tu viejo blues apasionado.
El cuerpo se deshoja, árbol muerto.
Misterio de la vida, ineluctable vuela en calma, tu fruto está en el huerto.
Ya sabes del dolor, eres experto.
Mas dejas un aroma de algo amable y sabes que el amor es siempre cierto.
Tu viejo amigo, Jorge

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Jorge Ritter ha sido amigo de Lalo desde siempre. Sé que, para Lalo, Jorge era mucho más que un amigo, era su hermano. Desde el momento en que Jorge

To Lalo:
Friend, you've left me and you're with me still.
You took an unexpected shortcut.
You walk away at a different pace, you forge ahead.
Taking wing over the paths.
Do not think your violin is hushed,
The taut bow-hairs quiver even now.
I don't believe that where you are, you cannot play your old and ardent blues.
The body sheds its leaves, a lifeless tree.
Mystery of life,inescapable flight in serenity, your fruit is in the orchard.
You know of pain, you have become an expert.
But you leave behind a fragrance of something kind and you know that love is always true.
Your old friend, Jorge
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Jorge Ritter has been Lalo’s friend since forever. I know that, for Lalo, Jorge was much more than a friend, he was his brother. From the moment that Jorge

Jan 19, 2012





Once upon a time there was a little boy who called himself “gato”.  He was born on a Sunday and was everything that lore promises for one born on the Sabbath i.e. bonny and blithe and good and gay.  Once he grew up a little, he decided to change his identity to “Monkee”, but later on, not content with that persona either, he realized that his real self was the best of all people, and he was right, so Lalo came to stay.
       
Of Irish-Italian and Mexican descent, it’s scarcely a surprise that he was, of course, at once a mystic, a dreamer, a poet and, all in all, the proverbial traveling writer and player of music: a minstrel, and travel he did.  He went on astonishingly fortuitous journeys because the opportunity to go places just seemed to fall into his lap without any particular premeditation on his part. He played his violin in the Paris metro and in nightclubs in New York and Mexico. He studied composition in Paris, New York, Mexico City, Saint Ambrose in Davenport, Iowa and Agustana College in Rock Island, Illinois, and made various other side-trips within Europe, the U.S., and Mexico.  He also played with a chamber music group in Cuernavaca while at the same time running from one gig to another every night in order to make ends meet.  He worked very hard at his chosen profession also forming several groups and touring solo until finally dedicating himself to writing and producing beautiful music for Mexico, Latin America and Europe.    




Había una vez un niñito que decía llamarse “gato”. Nació un domingo y fue todo lo que tradición popular dicta para aquel que nace el día del Señor; bonito y risueño y bueno y alegre. Una vez que había crecido un poco, decidió cambiar su identidad para convertirse en “Monkee”, pero más adelante, aún no contento con esa personalidad, se dio cuenta que su ser verdadero era la mejor de las personas, y tenía razón, por lo que Lalo llegó para quedarse.

            De ascendencia ítalo-irlandesa y mexicana, no resulta nada sorprendente que fuera, por supuesto, místico y soñador y poeta a un mismo tiempo y, en general, el proverbial escritor y músico ambulante: un juglar, y sí que viajó. Se embarcó en travesías asombrosamente fortuitas porque la oportunidad de ir a distintos lugares simplemente parecía caerle del cielo sin ningún tipo de premeditación de su parte. Tocó su violín en el metro de París y en centros nocturnos de Nueva York y México. Estudió composición en París, Nueva York, la Ciudad de México, la Universidad de Saint Ambrose en Davenport, iowa y en la Universidad Augustana de Rock Island, Illinois, además de hacer diversos viajes adicionales dentro de Europa, EUA y México. También tocó con un conjunto de cámara en Cuernavaca al tiempo que corría de una tocada a otra todas las noches para poder sobrevivir. Trabajó con esmero en la profesión que eligió y también formó diversos grupos e hizo varias giras como solista hasta que, finalmente, se dedicó a componer y producir música maravillosa para México, Latinoamérica y Europa.
Carlos y Lalo, Pumitas de la UNAM
     
Érase el año de 1970. No era la primera vez que mi padre nos invitaba a pasar un fin de semana en Acapulco. Mi padre era piloto privado y volaba un Cessna 185. En este viaje ya la pregunta no era “¿A quién vas a invitar?”, sino “¿Vas a invitar a Lalo?”. “Of course, chief”, le dije.
    Y ahí vamos. 
     Después de un agradable chat con la intención fallida de despertar camino al aeropuerto de la ciudad de México que, según recuerdo, todavía no se llamaba Benito Juárez, por fin llegamos al área de hangares. La costumbre era despegar antes de que amaneciera para que la niebla, que suele aparecer de manera cotidiana en el Valle de Texcoco, no nos retrasara.
Más Pumitas
       La avioneta nos esperaba dentro del hangar No. 6-B. El procedimiento consistía en sacar manualmente la avioneta del hangar. Esto se lograba empujando la avioneta de una parte que conectaba el ala con el fuselaje. Pues a mi amigo Lalo se le ocurrió que era más fácil jalar que empujar. Nos encontrábamos los tres empuje que empuje y jale que jale cuando escuchamos un “¡Aaaay!” de parte de Lalo. Cuando llegamos a donde estaba, se encontraba en el suelo sin el zapato derecho y su pie milagrosamente intacto. Lalo había sido atropellado por la avioneta. Ni mi papa ni yo dábamos crédito. La verdad nos orinamos de la risa. Acabamos en Acapulco y mi papa nos dio una lana para unos zapatos para Lalo.
Carlos Pardo

It was back in 1970. It wasn’t the first time my father had invited us to spend a weekend in Acapulco. My father was a private pilot and flew a Cessna 185. For this type of trip the question wasn’t “Who are you inviting?” but “Are you inviting Lalo?”
            “Of course, chief,” I said.
            So off we go.

Jan 12, 2012


¿Por qué no seguir escribiendo en vez de ver tele o hacer otra actividad supuestamente “entretenida”? Mejor escribir, soñar, recordar, llorar y seguir escribiendo; ¡¡qué mejor que seguir escribiendo!! Puedo gritarles mi silencio y temor; ¿cómo no lo descubrí antes? ¡Cómo perdemos el tiempo los seres humanos!
            No judgment call here either. Just keep writing. Don’t let it stop, at least for a while. It’s good for the soul, makes you warm to see what you feel, to feel what you see. Fresh, cold words from way up North. Nothing is real and nothing to get hung about. Sliced strawberries on crushed ice with a few pinches of sugar and spice.

Lalo Olivares Bari, Notes

Why not keep writing instead of watching TV or doing some other supposedly “entertaining” activity? Better to write, dream, remember, cry and keep writing; what better than to keep writing!! I can scream out my silence and fear to them; how did I not discover it before? How we human beings waste time!
            Y tampoco es cuestión de hacer juicios. Sólo seguir escribiendo. No dejar que se detenga, al menos un tiempo. Es bueno para el alma, es reconfortante ver lo que sientes, sentir lo que ves. Palabras frescas y frías desde los confines del Norte. Nada es verdadero y no hay nada por qué preocuparse. Fresas rebanadas sobre hielo picado con unas pizcas de azúcar y especias.

Lalo Olivares Bari, Notas

Jan 5, 2012


INVICTUS

Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find, me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll.
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.


William Ernest Henley

INVICTUS
De entre la noche que me cubre,
Negra como el Abismo de polo a polo,
Agradezco a los dioses que pudiesen existir
Por mi espíritu inquebrantable.

En las crueles garras de la circunstancia
No he pestañeado ni gritado.
Bajo los golpes del destino
Mi cabeza se encuentra ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
No se vislumbra más que el Horror de las sombras,
Y aún así, la amenaza de los años
Me halla, y hallará, sereno y sin temor.

No importa qué tan estrecho sea el paso,
Qué tan cargada de castigos mi sentencia.
Soy el amo de mi sino:
Soy el capitán de mi alma.


William Ernest Henley

            At some point during the beginning of 2011, the last year of his life, my brother, Eduardo Salvador Olivares Bari, Lalo, “el Monkee” to some, mentioned he was writing a book. He explained some of the different things he wanted to write about: his youth, his drug use, his search for the mystical and his eventual return to the Catholic faith of his childhood, now absolute and unshakeable. He also said he already had the title, The Acapulco Hilton Experience, something that would give a feel for the era in which he grew and lived. “Kind of like ‘The Jimmy Hendrix Experience’.”

            Near the beginning of April, Lalo started having a backache that worried him. He was afraid the cancer had returned. That’s where I come in. He made me promise I would finish the book for him if he didn’t have enough time to do it himself. So this is me, trying to keep my promise.

            The bad news is he left little more than a few pages of fully written material and a lot of notes he jotted down without additional explanation. I have no idea what many of those notes mean or refer to. I have even less of an idea about what he intended or wanted to express in recalling some of the experiences of his life. It is an amazing thing to realize how little you know someone who meant so much in your life. How so much of another person’s life is a secret to you.

            En algún momento durante el inicio del 2011, el último año de su vida, mi hermano, Eduardo Salvador Olivares Bari, Lalo, “el Monkee” para algunos, me mencionó que estaba escribiendo un libro. Me explicó algunas de las diferentes cosas de las que quería escribir: su juventud, su uso de drogas, su búsqueda de lo místico y su posterior retorno a la fe Católica de su infancia, ahora absoluta e inalterable. También me dijo que ya tenía el título, The Acapulco Hilton Experience, algo que comunicara la sensación de la era en la que había crecido y vivido. “Algo como ‘The Jimmy Hendrix Experience’.”

            A principios de abril, Lalo empezó a tener un dolor de espalda que lo preocupaba. Temía que el cáncer había regresado. Allí es donde entro yo. Me hizo prometerle que terminaría el libro si no le daba el tiempo suficiente para hacerlo. Así que aquí estoy, tratando de cumplir mi promesa.

            Las malas noticias son que dejó poco más que unas cuantas páginas de material terminado y un montón de notas que apuntó sin explicación adicional. No tenga idea de lo que estas notas significan ni a lo que se refieren. Tengo menos idea todavía de sus intenciones y de lo que quería expresar al recordar algunas de las experiencias de su vida. Es algo sorprendente darte cuenta lo poco que sabes acerca de alguien que significó tantísimo en tu vida. Lo mucho que permanece secreto de la vida de otra persona.